Arrastro un pasado oculto
de
huesos y calaveras,
donde
el cielo, antaño azul,
roza
el rojo de los inocentes..
Podría
abrir los ojos,
la
mente y el cuerpo,
y
convocarlos más allá
de
lo que sugiere el ocaso..
Doy
de comer a manos inocentes,
bocas
hambrientas sacian su hambre
de
decenios, tal vez de siglos;
pesco
para que a los hijos de las madres
no
les rugan los vientres.
Ahora
vivo el presente
de
planetas y primaveras,
de
selvas infinitas,
donde
todos son saciados,
abrazados
y amados,
dormidos
o despiertos,
pero
siempre agradecidos..
©GuillemSenent
01/04/2017
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